Hace bastantes años que conozco a Román de la Calle, desde que me dió clases de inglés en BUP y posteriormente de estética en la Facultad de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, y por ello siento la necesidad de expresar mi indignación ante la actitud de ciertos políticos que tenemos que soportar y sufrir, que le han conducido a la dimisión como director del Muvim.
La clase política española se sorprende ante su progresiva baja consideración social, pero con ejemplos como la dimisión de Román, provocada por la censura decimonónica, trasnochada y totalitaria del presidente de la Diputación de Valencia Alfonso Rus, no debería de extrañarles.
Decimonónica por parecerse a una actitud Academicista del siglo XIX, es decir, por censurar toda expresión artística (señor Rus, la fotografía es arte) no acorde a los dictados éticos y estilísticos de un grupo dominante.
Trasnochada porque la dictadura franquista hace décadas que dejó de existir, aunque algunos personajetes mediocres con ínfulas de Napoleón consideren lo contrario.
Totalitaria por abusar del poder para conseguir mantenerse en él a base de manipular la información y aplastar la libertad de sus conciudadanos.
Por si esto fuera poco, hoy se a despachado este "señor" en el diario "Levante" con dos afirmaciones que lo definen como político incapaz de defender la educación (insulta a maestros) y la cultura; el desprecio profesional a una personalidad intelectual internacional como Román de la Calle (ha criticado lo que cobraba como director), y no reconocer su actividad censora como político "democrático".
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero si vemos las publicaciones científicas, profesionales y académicas de uno y otro,..., sin comentarios.
No dejeis de leer la carta de dimisión de Román, considero que podemos extraer conclusiones y reflexiones de gran ayuda en estos tiempos revueltos. Por cierto, ¿le han mostrado su apoyo el resto de directores de museos valencianos?, que pena.
Gracias Román por todo.
Un amigo
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