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jueves, 31 de julio de 2008

Cual Ave Fénix

Hola amig@s blogueros, ya estoy de vuelta tras un paréntesis de varios meses de mucho trabajo, estrés y con un maravilloso viaje cultural y de trabajo a Italia incluido. Espero que me hayáis echado mucho de menos.
Lo cierto es que han ocurrido varios acontecimientos de interés a lo largo de estos meses de ausencia que merecerán comentario más adelante, como son la disputa entre expertos del Prado sobre la autoría de “El coloso” de Goya, casas de subastas vendiendo arte robado, instituciones públicas regalando libros robados, desaparición de 300 libros valiosos del ministerio de asuntos exteriores, el caso de una casa de subastas que “pierde” un cuadro del Parmigianino, disputas por atribuciones artísticas entre expertos que perjudican a terceros, como veis todo muy edificante.
Pero como todo en esta vida no es desagradable, también os contaré el mencionado viaje a Italia que realicé el pasado mes de junio con mi esposa a instancias de mi buen amigo Antonio Pardinas Sanz, secretario de la Fundación de apoyo a la Historia del Arte Hispánico cuyo presidente es D. Juan Abelló, que nos proporcionó a ambos un mayor conocimiento del arte en sus diversas facetas y sobre todo de los entresijos del comportamiento humano, unas veces sublime y otras despreciable.


Ave Fénix del Bestiario de Aberdeen


Pero lo importante es que como indico en el título de este comentario, me considero con el reencuentro con tod@s vosotr@s como aquel Ave Fénix que por culpa de una negligencia le prendieron fuego a su nido, y por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas.