Nuestro amado museo valenciano sigue sin rumbo y necesitado de una vez por todas de la finalización de su reforma y ampliación, así como de una política de compras decente y acorde a su importancia.
Hace algún tiempo reflexioné sobre su situación a raíz de un desastre provocado por la mala gestión del centro y que publico ahora en mi blog.
Lo que comenzó siendo una plácida visita al museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia y en concreto a la magnífica exposición sobre Vergara, se tornó en indignación al observar el estado de conservación en que se encuentran más de una docena de predelas, retablos y tablas, de la quizás más importante colección de pintura gótica de España y núcleo central del museo.
Una serie de desperfectos como desconchados, resquebrajamientos, pérdida de pigmentos y abombamientos en la madera de las tablas, se suceden en la galería central del museo para mayor gloria de sus administradores; según el informe técnico emitido con posterioridad, esta situación fue provocada por un mal uso y control del aire acondicionado de la sala. Este accidente se suma a otros graves que han sucedido en este mismo museo en tiempos recientes como, robos, goteras y humedades que han afectado a cuadros. Junto a estos, hay que añadir otros de no menos importancia como, la caída espectacular de visitantes, página web muy pobre (es el contenido de un CD editado años atrás) e instalaciones auxiliares obsoletas y poco atractivas.
Esta gravísima situación, atentado contra el patrimonio cultural de todos los valencianos, sólo ha sido tratada al día siguiente del suceso a través de rueda de prensa por parte de los responsables del museo, para informarnos de que los daños no son irreparables y que se subsanarán las deficiencias en las instalaciones de climatización, acompañadas además, con tibias reclamaciones por parte de los grupos políticos de la oposición.
No señores y señoras políticos, un acontecimiento de tan graves consecuencias sólo puede ser tratado con dimisiones urgentes de los cargos responsables de la administración del museo y la consellería de cultura, y su sustitución por verdaderos profesionales responsables y amantes del arte; sólo hay que imaginar las reacciones que ante el mismo hecho habrían acontecido en países civilizados europeos o el trato judicial que se le daría a una persona que hubiera infringido tal daño a estas tablas.
Como no existen esperanzas de cambio de actitudes, ya que vivimos en un país y en especial comunidad, donde se desprecia la cultura y se prima la idiotez y la especulación salvaje, sólo puedo gritar a los cuatro vientos, VIVA LA COPA AMÉRICA, TERRA MÍTICA Y LA ESPECULACIÓN URBANÍSTICA!!!! y nuestro mejor museo con estos pelos.
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